5 curiosidades de los perros de razas grandes que no conocías

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Curiosidades sobre las razas grandes que quizá no conoces. 

Cuando pensamos en razas grandes como el Gran Danés, el Mastín Napolitano o el San Bernardo, lo primero que viene a la mente suele ser su imponente tamaño. Pero estos gigantes de cuatro patas no son solo enormes por fuera: también esconden secretos fascinantes que los hacen únicos dentro del mundo canino. Hoy te compartimos cinco curiosidades que probablemente no sabías sobre los perros de razas grandes. Y sí, una de ellas tiene que ver con cómo perciben el paso del tiempo.

1. Envejecen más rápido... y no es sólo una percepción

Una de las paradojas más tristes del mundo animal es que cuanto más grande es el perro, más corta suele ser su esperanza de vida. ¿La razón? Su metabolismo y su ritmo de crecimiento están tan acelerados durante los primeros años, que su organismo “se quema” más rápido.

Estudios científicos han sugerido que los perros grandes experimentan algo que se conoce como “aceleración biológica”. En pocas palabras: su reloj interno va más rápido. Un Gran Danés puede alcanzar el tamaño de un adulto humano en solo un año, lo que implica una carga inmensa para su sistema óseo y cardiovascular.

2. Necesitan más descanso del que imaginas

A diferencia de lo que se cree, los perros grandes no son tan activos como los pequeños. De hecho, muchas razas gigantes son conocidas por ser bastante perezosas. No es raro que un Mastín Inglés duerma hasta 18 horas al día.

Este comportamiento no es pereza: es conservación de energía. Su tamaño hace que moverse, especialmente en climas cálidos, sea un esfuerzo considerable. Además, sus articulaciones —más susceptibles a problemas como displasia de cadera— agradecen ese descanso extra. Por ello, es recomendable complementar su alimentación con condroprotectores.

3. ¡Corazón de atleta! Pero con matices

Algunos perros grandes, como los Lebreles Irlandeses, tienen corazones sorprendentemente grandes (literalmente). Esto les permite bombear sangre de forma más eficiente, algo crucial para mantener sus grandes cuerpos oxigenados.

Sin embargo, también son propensos a afecciones cardíacas específicas, como la miocardiopatía dilatada, que afecta sobre todo a razas como el Doberman o el Gran Danés. Una dieta natural, rica en taurina y sin subproductos industriales, puede ser un gran aliado preventivo, además de la complementación con Omega 3.

4. Son más sensibles de lo que parecen

A pesar de su tamaño, muchos perros grandes tienen un temperamento extremadamente sensible. Son propensos al estrés por separación y, al contrario de lo que su tamaño podría sugerir, no suelen ser buenos candidatos para quedarse solos muchas horas.

Esto tiene implicaciones importantes para su bienestar: necesitan una rutina estable, refuerzos positivos y mucha interacción humana. Incluso los suplementos naturales calmantes pueden ser útiles en momentos de transición o estrés (como mudanzas o la llegada de un nuevo miembro a la familia).

5. Sus necesidades nutricionales son únicas

Los perros grandes no sólo comen más: comen diferente. Sus dietas deben ser especialmente formuladas para controlar el crecimiento óseo en cachorros y prevenir enfermedades articulares en adultos. El exceso de calcio, por ejemplo, puede ser tan perjudicial como su deficiencia.

Los productos naturales, como complementos con glucosamina y condroitina o alimentos enriquecidos con omega 3, pueden ser grandes aliados para su salud a largo plazo. Además, evitar aditivos artificiales es clave para mantener su sistema digestivo —a menudo delicado— en equilibrio.

Los perros de razas grandes son mucho más que “mascotas XXL”. Son complejos, nobles, sensibles y, sobre todo, requieren cuidados específicos que van más allá del tamaño. Si compartes tu vida con uno de estos gigantes, recuerda que elegir productos naturales y adecuados para su biología no es un lujo, sino una necesidad.

 

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